La tutoría de investigación a nivel superior es considerada como un factor determinante para la culminación exitosa del trabajo de investigación, tanto en pregrado como en postgrado. En muchos casos, esta tutoría llega a convertirse en un agente obstaculizante para la culminación del trabajo de investigación y, en consecuencia, del grado que aspira el tutorado.
De esta manera, la tutoría en el campo de la investigación implica ajustar las especificaciones de carácter institucional. tecnológico y científico impuestas por el nivel y el tipo de estudio con las necesidades del tutorado. Siendo así, el tutor es el garante de los resultados del proceso que dirige y del desarrollo personal y profesional de los tutorados al confeccionar un estudio, por lo que debe estar facultado para tal fin. Palella y Martins (2010).
La tutoría a nivel universitario, específicamente en la maestría, es una forma de concretar la relación formador-formado, cuyo sentido es descrito por Honoré (1980) señalando que "se trata de cultivar juntos todas las posibilidades de adquisición y de expresión, de compartir la obra cultural en un esfuerzo común de comprensión, de significación, de renovación, a veces de creación". Resulta por demás notable en los procesos de formación para la investigación. Las experiencias referidas por los tutorados muestran que mucho de lo que estos logran hacer o lamentan no poder hacer, se relaciona con la forma que toma, en cada caso concreto, la relación de tutoría.
Esta relación se construye entre un tutorado y un tutor, cuya función. es la de responsabilizarse académicamente de un tutorizado de manera inmediata, directa y permanente; establece con él una relación unipersonal, le brinda atención individualizada y entre los dos crean un proyecto específico, acorde con el plan de estudios correspondiente mismo, que incluye estrategias para la concepción de su intención investigativa, así como la asesoría correspondiente durante todo el proceso de realización.
Es por ello, que la tutoría es una relación en edificación en la que, en la mayoría de los casos, se transita de un acercamiento inicial más bien tímido, al descubrimiento de la afinidad académica que hace surgir el sentido de equipo tutorado-tutor y, finalmente, a una correspondencia plena que apoya el desenvolvimiento de un individuo en todas sus dimensiones. Es aquí donde la relación de tutoría alcanza su pleno sentido figurativo.
La conexión tutorado-tutor no surge de modo inconsciente o similar a la disposición del investigador; necesita ser cultivada y ejercitada de manera especial, cuidando sobre todo que la relación se concrete a través de encuentros caracterizados por la creación de un clima propicio para un verdadero espacio psicológico de creación.
El objetivo de la tutoría no es solamente que el tutorado logre culminar con éxito su investigación sino que, además, progrese en el aspecto profesional con el proceso, particularmente en lo referido al desarrollo de competencias como investigador. Por eso, se espera del tutorado valoración de la creación del conocimiento, desarrollo de la actitud científica, motivación intrínseca y dominio de su rol de investigador, eficiencia en la ejecución de tareas trazadas y responsabilidad frente a su ocupación.
La labor de tutoría se sustenta en el establecimiento de un vínculo especial entre el tutor y el tutorado; es una relación afectiva que va más allá de la labor académica; un vínculo que abre un nuevo espacio donde se va a conocer al tutorado en otras dimensiones, se le va a acompañar y a orientar en el desarrollo de su investigación y, para lograrlo, se requiere confianza, comunicación, comprensión y respeto de ambas partes. La relación tutor-tutorado es el encuentro entre dos individuos, cada uno con su propia historia de vida, con características, pensamientos, sentimientos, expectativas, aspiraciones, fracasos y temores.