Doctorante Ciencias de la Educación. UNERMB. Sección 03.
Profesora: Dra. Ligia Malavé.
¿Qué Quiere decir Pensar?
Martin Heidegger, influyo en la filosofía del existencialismo del siglo XX, oponente en pensamiento a la “metafísica”, estudioso de la filosofía contemporánea y llego a plantear que “el problema de la filosofía no es la verdad sino el lenguaje”. Influyente en muchos pensadores y crítico de Husserl.
A través de la fenomenología propuso que ésta debe poner de manifiesto qué hay oculto en la experiencia común diaria. Lo cual lo expuso en su libro “El ser y el tiempo” (1927), al describir lo que llamaba la “estructura de la cotidianidad”, o “ser en el mundo”.
Para Heidegger, el ser humano, es lo que uno hace en el mundo, y como, la acción humana se compone de un dominio directo de los objetos, no es necesario situar una entidad especial mental, llamada significado, para explicar la intencionalidad.
En el desarrollo de sus pensamientos explica: lo gravísimo que es que aún no se esté pensando, la diferencia entre pensar y opinar, y la importancia de analizar a profundidad el concepto alrededor de este planteamiento; crítica fuertemente a las ciencias dado que no piensan y que se basan en la técnica, desconociendo por completo la esencia misma de la ciencia; retoma conceptos sobre el súper hombre de Nietzsche y en general de toda la filosofía de este filosofo y cómo la figura del eterno retorno a lo mismo, define en gran medida la asimilación del ser y del pensar.
Que tengamos la capacidad de pensar, no significa que lo hagamos
Heidegger dice, que no pensamos solo por el hecho de tener la capacidad de hacerlo, esto no es razón para decir que pensamos, sin embargo es una manifestación que proviene del inconsciente, y que es una manifestación de la esencia del pensar mismo. Es decir este ser del pensar se encuentra en nosotros y se comienza a manifestar por medio de nuestra interacción con el mundo fáctico y de hecho sólo así, es que puede descubrirse a sí misma la esencia del pensar.
Es en este punto donde Heidegger después de algunos acercamientos iniciales a la que es el pensar, comienza a explicar que el conocimiento como lo conocemos, se basa en la parte práctica del pensar, se centra en lo que pensar, da que pensar, y estas cuestiones se quedan atrapadas sólo en las descripciones de la vida fáctica y jamás abundará en la esencia misma o el fin primigenio del lo que significa pensar.
Partiendo de lo anterior, Heidegger dice que la ciencia no piensa, por un lado, la esencia misma de la ciencia aún se desconoce, y resultaría imposible entenderla a partir de la ciencia misma, dado que esta se concentra en comprobar los supuestos que ella misma establece bajo ciertos parámetros sin los cuales las variables a considerar serían completamente imposibles de determinar, por tanto los resultados serían impredecibles.
Sólo mientras la ciencia no se ocupa de pensar sino de demostrar que bajo los supuestos, los escenarios controlados, y la información obtenida de manera física, empírica y positivista, le dan al hombre la certeza de tener un control sobre su entorno, llamado naturaleza. Lo cual no demerita en nada el valor de la ciencia, sino simplemente la coloca en el lugar correcto, su utilidad se encuentra en la aplicación de sus teorías y herramientas a la vida diaria, más no por esto se puede considerar que piense, entendiendo el pensar en los términos que los plantea el autor.
Enseñar a aprender, y el pensar como una actividad manual
Retomando los primeros acercamientos a lo que significa pensar y haciendo la diferenciación entre las ciencias y el pensar, Heidegger señala como crucial la relación entre el alumno y el maestro, el maestro debe ser lo suficientemente hábil y dócil, para poder transmitirle el conocimiento a los alumnos, pero no sólo eso, sino que además debe enseñarle al alumno como es que debe ir asimilando dichos conocimientos de tal forma que éste se pueda habilitar en el descubrimiento y la obtención de conocimiento por sí mismo, si bien con la ayuda de herramientas académicas, pero en definitiva movido por el deseo de aprender.
Con este principio, Heidegger desglosa el pensar como una actividad manual, comparándola con un fabricante de armarios, dado que es un acto aprendido, que se puede tener en cuenta el proceso y que de manera invariable el artesano le imprime parte de sí mismo en la creación particular. Para Heidegger el pensar está siendo en todo momento complementado por el sujeto, por el transporte de las ideas, por el cuerpo que materializa el pensamiento.
Heidegger dice que el pensar ya se manifiesta en los hombres aún antes de empezar a ser pensar, el significado de pensar está en el ser y es esa estancia casi inconsciente la que comienza a despertar las primeras dudas sobre el significado de ¿qué significa pensar?
Lo anterior proviene de la creencia de Heidegger que el pensar está en nosotros desde siempre, y que él se nos va mostrando hasta que nos hacemos la pregunta sobre que significa pensar, sin embargo por medio del pensamiento mismo no se puede desdoblar semejante concepto dado que se limitaría de manera retórica a repetir lo mismo una y otra vez. Heidegger cree que la única manera de que es pensar, similar a la esencia misma del ser o en este caso del pensamiento mismo, o como parte de la esencia misma del hombre, sólo por medio de vivir abierto a la vida, la vida fáctica. Salir y experimentar y absorber por medio de los sentidos lo que efectivamente es real, y en donde efectivamente se esconde la respuesta a la pregunta que significa pensar.
Nietzsche, el súper hombre y el eterno retorno de lo mismo
Heidegger desdobla los conceptos fundamentales de la filosofía de Nietzsche donde encuentra, según su pensamiento, el hilo conductor del pensamiento más congruente con lo que se ha venido planteando en todo momento. Nietzsche habla del punto en el que el hombre está en una constante ruptura con el pensamiento impuesto, primero por la angustia de encontrarse infeliz, después comienza a crear sus propios principios y a vivir según sus propias reglas, hasta eventualmente caer en cuenta, de que sus propios conceptos deben volver a ser quebrados y levantar todo de nuevo.
En el momento en que Nietzsche explica la redención de la venganza poniendo en manifiesto el conflicto entre el “querer” y el “fue”, entendiendo que, el “querer” no puede hacer nada contra el “fue” puesto que se encuentra atrapado en un tiempo que ya no existe. Es aquí la raíz con la que el hombre enfrenta su “querer “contra la noción de un tiempo que se ha ido.
Representación y presentación
Después de comprender un poco más sobre esta parte de la Filosofía de Nietzsche y la fundamentación de Heidegger en dichas ideas, así como la determinación de que las ciencias no piensan. Es importante explicar lo que según Heidegger es la diferencia fundamental entre la verdadera respuesta a la pregunta sobre que significa pensar. Según Heidegger la presentación ante la realidad, la conciencia del momento presente permite presentarse ante las cosas de una manera autentica y completa, y es de estos encuentros que sé puede llegar a entender al pensamiento en sí, por medio de los sentidos los hombres podemos acceder a conocer nuevas cosas que de otra forma jamás formarían parte de nosotros.
En oposición a la simple presentación que, como los datos científicos que únicamente concluyen dentro de los parámetros de los que están establecidos en cada muestra, no permite entender realmente nada en sí, se pierde de manera intrascendente, en términos ontológicos, para el descubrimiento de lo que significa pensar.
Por lo anterior para Heidegger el momento en el que se descubre la verdadera raíz de ese impulso por pensar sólo puede ser a través de la parte sensible del hombre como está relación entre ente y realidad se conjugan para que sea el ente en el que determina lo es en sí mismo, haciendo del ser humano esencia de su propio pensamiento.
Las preguntas, que nos llevan a la pregunta misma. ¿Qué significa Pensar?
Según Heidegger, hay cuatro preguntas que se desprenden de la pregunta misma, o mejor dicho, cuatro posibles sentidos con los cuales podrían interpretarse dicha pregunta, y son las siguientes:
¿Qué es lo que no incita a pensar?
¿Qué es lo que se entiende por pensar?
¿Para qué es que sirve pensar?
¿Qué es ese que se denomina pensar?
Siendo la primera la pregunta que, según Heidegger, contiene el mayor peso ontológico porque al explicarse se desenvuelve la respuesta y el desarrollo de las otras, es aquí donde él comienza con el desenvolvimiento y el desarrollo de la palabra “significar”.
Estas preguntas se encuentran intrínsecamente relacionadas, de las cuales, la más importante es la que logro interpretar en ¿qué es lo que nos lleva imperiosamente a pensar? A lo largo del libro Heidegger aborda también el ocultamiento del Ser dado en la historia de la metafísica occidental, que ha adoptado un conocimiento “representativo” y plano cuya principal consecuencia es la extensión de la técnica en el mundo. A pesar de ello, subyace una llamada a pensar verdaderamente, de un modo que tiene que ver con la respuesta agradecida a lo que nos llama y la memoria.
Así, Heidegger acude a los orígenes griegos de occidente para analizar e interpretar una frase de Parménides que manifiesta esta necesidad primigenia del pensar más allá de lo representativo. En ella se manifiesta la llamada a atender lo que en los entes se muestra ocultándose. Se trata de tomar conciencia de esa tenue presencia que sin embargo es lo más sobrecogedor a lo que cabe acogerse.
El hombre piensa, en la medida que responde a ello con el lenguaje limpio de la manipulación técnica con la que lo usamos. Es decir, no se trata de agarrar algo y servirnos de ello, sino de lo contrario. Una cierta pasividad que deja que el ser sea, que reluzca en las cosas.
En esta lectura, dice Heidegger, “(…) hemos aprendido a ver que la esencia del pensamiento se determina desde lo que da que pensar, desde la presencia de lo que se hace presente, desde el ser del ente. El pensar es por primera vez tal cuando conmemora el eón, aquello que esta palabra dice propiamente, o sea, tácitamente. Eso es la duplicidad de ente y ser. Semejante duplicidad es lo que propiamente da que pensar. Lo que así se da es el don de lo más merecedor de pensarse”.
El pensar, superando las cadenas causales, lo representativo, el binomio sujeto-objeto de la modernidad, lo presente, intenta atender y recibir este don, acogerlo y acogerse en él, tomarlo en consideración y confiarlo en un decir, en el hablar originario del lenguaje. Para esto hay que mirar de otro modo, sub-yaciendo, que ha de desvelarse a condición de que toda mirada a lo representativo deje de mirar a lo representativo.
Así, para Heidegger pensar no tiene que ver con la ciencia, con las causas y los efectos, con la descripción de los entes, sino que supone un cierto vaivén que se esfuerza en captar el ser, en una difícil pero grata tarea, ya que el ser se da ocultándose.
Es como, en esta etapa posterior a Ser y Tiempo, Heidegger va a centrarse en el lenguaje poético y el arte como lugares donde puede darse esta difícil captación de lo que resulta, sin embargo, lo más sencillo. No es pues la búsqueda metafísica, por supuesto, de un fundamento o sustento. Aun más, uno lo encuentra próximo a la nada, de manera que Heidegger en absoluto remite ni a Dios ni a la teología, tampoco a la antropología y menos a la idea afirmativa y fuerte del ser que es primer principio en la metafísica tradicional. Él busca al ser en el hablar pero como lo que al mismo tiempo es silencio y nada.
Leer y mucho más allá releer el pensamiento y la postura del autor, permite internalizar los siguientes aspectos de la lectura; el hombre solo es capaz de pensar en aquello que le resulta interesante y es tomando en consideración como un hecho importante para la vida, y que realmente resultante trascendental demostrarle atención.
Es a través de la memoria que hacemos nuestro todo hecho pensado, es mediante esta facultad física, o expresada desde el punto de vista de la filosofía escolástica una de las potencias del alma “la memoria”, que se toma en consideración lo que descansa en el pensar.
La manera argumentativa de Heidegger es impresionante, si bien utiliza la retórica con profundidad y resulta profundamente complejo de leer y entender, Heidegger logra desenmarañar conceptos concretos a partir de argumentaciones lógicas.
En cierta sintonía con la filosofía lógica de Ludwig Josef Johann Wittgenstein podemos ver esa necesidad de Heidegger de volver a la esencia de las palabras por como suenan, por como lo dicen y por quien lo dicen, en algún momento se refiere a lo que es el lenguaje propiamente y al lenguaje ordinario.
Heidegger expresa el mismo principio de ser y tiempo sobre el ser al pensar, pues de igual forma que el ser se descubre así mismo en lo que denomina el “dasein” el sentido primigenio del pensar se encuentra perse en nosotros, y es el mismo quien obliga a ser descubierto.
Invariablemente Heidegger tiende con esta forma de pensar y filosofar, a enviar un mensaje ético, dado que pareciera ser que no hay una manera distinta de descubrir al ser en sí o al significado primero de pensar, y más aún de cualquier cosa que posea una esencia en sí, si no es por medio de la filosofía y los “pasos” por llamarlos de alguna manera de la filosofía Heidegeriana.
Es degustable que el autor no solo nos lleva a pensar desde un aspecto científico, o filosófico, sino que va a un hecho mucho mas ligado a lo interno del ser humano, nos expone el ¿qué quiere decir pensar?, desde la poesía, cuando increpa las posiciones que no hay duda de que mientras definamos el pensar desde una óptica lógica, no podemos trascender a que el poetizar descansa en la exaltación de aspectos que forman parte de nuestra memoria, de nuestro espíritu, de nuestra vida y es aquí donde radica el pensar.
El destino fundamental del ser del ente no está pensado. Lo que realmente está por pensar queda circunspecto. Aun no ha llegado al umbral de ser pensado por nosotros. Por esto nuestro pensar incluso no ha alcanzado debidamente a su elemento. Seguimos sin pensar de un modo propio. Por esto continuamos con la pregunta ¿qué quiere decir pensar?
Trasladando la lectura de Martin Heidegger a poesía y expresión del hombre, me permito concluir este análisis con el pensamiento de un gran Maestro, el cual vino a mi memoria - pensamiento- al realizar la segunda lectura del autor, al decir Maestro me refiero al Gran Poeta, al “Vikingo” de Cabure, quien en unas de sus únicas, interesantes y complejas conversaciones expreso lo siguiente;
“La gente lee lo que le interesa, recuerda lo que practica y practica lo que resuelve sus problemas”
Hugo Fernández Oviol.
Puedo decir ¿qué quiere decir pensar?, de Martin Heidegger doy respuesta con las palabras del poeta Hugo Fernández Oviol.
Bibliografía.
Heidegger, M. (2005) ¿Qué significa pensar? 1ª edición. Terramar, La Plata, Argentina.
Le May, E., Pitts y Gordon P. (1994). Heidegger para Principiantes. Argentina: Era Naciente.
Referencias.
Heiddegeriana. Heidegger en castellano. “Qué quiere decir pensar” http://www.heideggeriana.com.ar/textos/decir_pensar.htm. Marzo de 2011.
¿Qué significa pensar? Quinta lección. http://homepage.mac.com/eeskenazi/heideggerpensar.html. Abril de 2011.
Muy buenos días, muy agradecido con la publicación, porque me ayudó a comprender mucho mejor el texto de Heidegger. Saludos desde Colombia.
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