domingo, 16 de octubre de 2011

El Pensar de Heidegger


El pensar de Heidegger
Msc. José Manuel Gómez
Doctorante en Ciencias de la Educación (UNERMB)
josemanuelgog@gmail.com

Cuando nos preguntamos ¿qué quiere decir pensar?, como podemos responder a esa interrogante, Martín Heidegger realiza esa misma inquietud y la resuelve esta pregunta en su libro ¿Qué quiere decir pensar? del año 1951 donde busca desentrañar el origen y la esencia del pensar mismo. En el desarrollo de sus pensamientos explica: lo gravísimo que es que aún no se esté pensando, la diferencia entre pensar y opinar, y la importancia de analizar a profundidad el concepto alrededor del planteamiento de dicha pregunta; critica a las ciencias fuertemente dado que no piensan y que se basan en la técnica, desconociendo por completo la esencia misma de la ciencia; retoma conceptos sobre el súper hombre y en general de toda la filosofía, define en gran medida la asimilación del ser y del pensar.
Antes de iniciar el recorrido por lo que nos parece de la pregunta, es preciso aventurase en lo que nos presenta Martin Heidegger en su libro, el cual plantea:
“Pero el hombre pasa por ser aquel que puede pensar. y pasa por esto a justo título. Porque el hombre es el ser viviente racional. Pero la razón, la ratio, se despliega en el pensar. como ser viviente racional, el hombre tiene que poder pensar cuando quiera. Pero tal vez el hombre quiere pensar y no puede…”
El hombre tiene las habilidades para desarrollar el pensar, ya que es un ser viviente racional, con todas las cualidades compleja que lo permitan realizar el pensar, pero que no le permiten al hombre desarrollar ese pensar, que será esos obstáculos que no pueden pensar, si el hombre quiere y está en la obligación de pensar por ser un ser viviente racional.
No sabemos aún qué significa pensar, pero es preciso atreverse, aventurarse, en acometida común, en dibujar la imagen del pensamiento. Sin aún ser portadores del significado del pensar, vamos a ver que nos conduce al significado del Pensar.
Parece una presunción afirmar que todavía no pensamos. Ahora bien, la afirmación no dice esto. En esta afirmación que plantea Heidegger señala que se está mostrando la preocupación en la ausencia del pensamiento. La afirmación de que todavía no pensamos, es lo preocupante, tiene que mostrarse en el hecho de la cual nosotros aún no pensamos. El hecho de que todavía no pensemos, sería sólo un descuido, una negligencia por parte del ser humano, de esta sociedad que nos invita a no pensar. Entonces, esta falta se le debería poder poner remedio de un modo humano, por medio de unas medidas adecuadas que se aplicaran al ser humano.
Cuando hablamos de pensar nos referimos a nosotros mismos pensamos. Para que nuestro intento de pensar sea alcanzado por el éxito, es menester que estemos dispuestos a aprender a pensar. Al someternos a tal aprendizaje, ya hemos admitido que todavía no sabemos pensar.
Vamos a indagar el origen y la esencia del pensar mismo. Heidegger dice que no pensamos, que el hecho de tener la capacidad de pensar no es razón para decir que pensamos, sin embargo es una manifestación que proviene del inconsciente, según Heidegger, y que es una manifestación de la esencia del pensar mismo. Es decir, este ser del pensar se encuentra en nosotros y se comienza a manifestar por medio de nuestra interacción con el mundo el cual vivimos, es sólo así, es que puede descubrirse la esencia del pensar.
El hombre puede pensar en tanto tiene posibilidad de hacerlo; más tiene la posibilidad de realizarlo pero no es todavía una garantía de que seremos capaces de realizarla, ya que solamente somos capaces de hacer aquello a que entendemos.
Según Heidegger:
“es posible que hasta nuestros días, y desde hace siglos, el hombre haya estado actuando demasiado y pensando demasiado poco. Pero cómo puede hoy sostener alguien que todavía no pensamos si por todas partes está vivo el interés por la Filosofía, y es cada vez más activo, de tal modo que todo el mundo quiere saber qué pasa con la filosofía”.
Esta exhortación, que se levanta no sólo a manera de persuasión sino también como consigna para el hombre, un llamado a ser para comprender, entendiendo que todo los que hacemos a diaria y actuamos en nuestro vida cotidiana, no está relacionado a pensar sino que a veces no realizamos porque veces filosofamos mucho pero pensamos pocos, comprendemos el significado de pensar y no sabemos.
La inquietud, en nuestro tiempo que da que pensar, se muestra en que todavía no pensamos. Ese hombre de esta sociedad que vivimos y en modo alguno sólo porque el hombre no se dirija de un modo suficiente a aquello que está por pensar.
Heidegger construye su reflexión sobre lo que la filosofía es apuntando, lo que hay que saber que la filosofía no nos puede dar: la técnica, en una comprensión del mundo que reduce todo a la utilidad y proyecta para los saberes un destino tan solo instrumental, la filosofía se presenta entonces como el hecho de estar inscrito en una clase de pensamiento dominado por determinada racionalidad técnica y científica que venera la idea de que todo tiene una razón de ser, en todo caso, un ser para algo.
El se preocupo por aproximar a la filosofía más que a las palabras conocimiento o conocer, a las palabras pensar o pensamiento, realizo intimar la palabra filosofía con la de arte más que con la palabra ciencia, ya que, en última instancia, para esta última la filosofía entendida como la plantea Heidegger, preguntar por el ser y por la nada significaría enfrentarse con el delirio de toda razón.
Cuando Heidegger nos dice:
“lo dicho hasta ahora, y toda la dilucidación que sigue, no tiene nada que ver con la ciencia, y ello precisamente cuando la dilucidación podría ser un pensar. El fundamento de este estado de cosas está en que la ciencia no piensa”.
Heidegger dice que la ciencia no piensa, la esencia de la ciencia aún se desconoce no se sabe, resultaría imposible entenderla a partir de la ciencia misma, dado que esta se concentra en comprobar los supuestos que ella misma establece bajo ciertos parámetros, sin los cuales las variables a considerar serían completamente imposibles de determinar, por tanto los resultados serían impredecibles.
Sólo la ciencia no se ocupa de pensar sino de demostrar que bajo los supuestos, los escenarios controlados, y la información obtenida de manera física, empírica y positivista, le dan al hombre la certeza de tener un control sobre su entorno y ambiente. Es decir, niega el valor de la ciencia, sino simplemente la coloca en el lugar correcto según Heidegger; su utilidad se encuentra en la aplicación de sus teorías y herramientas a la vida cotidiana, más no por esto se puede considerar que piense, entendiendo el pensar en los términos que plantea Heidegger.
Advierte de los peligros de la técnica, cuando ésta menoscaba nuestra relación originaria con el ser y nos hunde en la facilidad, la dependencia de los entornos, instrumentalizándonos a nosotros mismos y dejándonos atrapar por los propios objetos que hemos creado, como es el caso en nuestro día la tecnología.
El desglosa el pensar como una actividad manual. Para Heidegger el pensar está siendo en todo momento complementado por el sujeto, por el transporte de las ideas, por el cuerpo que materializa el pensamiento.
Así, para Heidegger pensar no tiene que ver con la ciencia, con las causas y los efectos, con la descripción de los entes, sino que supone un cierta relación en captar el ser, en una difícil pero grata tarea, ya que el ser se da ocultándose. Así, en esta etapa posterior a Ser y Tiempo,
La simple presentación que, como los datos científicos que únicamente concluyen dentro de los parámetros de los que están establecidos en cada muestra, no permite entender realmente nada en sí, se pierde de manera intrascendente, el descubrimiento de lo que significa pensar.
Por lo anterior, para Heidegger el momento en el que se descubre la verdadera raíz de ese impulso por pensar sólo puede ser a través de la parte sensible del hombre como está relación entre ente y realidad se conjugan para que sea el ente en el que determina lo es en sí mismo, haciendo del ser humano esencia de su propio pensamiento.
La nueva relación entre Ser y Hombre desarrollada por Heidegger, implica que por fuera de la concepción de la metafísica donde el ser era pura presencia, ahora el ser es un acontecer, acontecimiento o “evento” que necesita del hombre para realizarse. El hecho de procurarle al ser no es un sentido accidental y contingente, sino su esencia en el acontecer mismo.
Heidegger, va a centrarse en el lenguaje poético y el arte, como lugares donde puede darse esta difícil captación de lo que resulta, sin embargo, lo más sencillo. No es pues la búsqueda metafísica, por supuesto, de un fundamento o sustento.
Heidegger comienza a desdoblar conceptos fundamentales de la filosofía de “Nietzsche, el súper hombre y el eterno retorno de lo mismo,” en donde Heidegger encuentra, según su pensamiento, el hilo conductor del pensamiento entre el pensar más congruente con lo que se ha venido planteando en todo momento.
Nietzsche habla del punto, el hombre está en una constante ruptura con el pensamiento impuesto, primero por la angustia de encontrarse infeliz, después comienza a crear sus propios principios y a vivir según sus propias reglas, hasta eventualmente caer en cuenta, de que sus propios conceptos deben volver a ser quebrados y levantar todo de nuevo.
En el momento que Nietzsche explica la redención de la venganza poniendo en manifiesto el conflicto entre el “querer” y el “fue”, entendiendo que, el “querer” no puede hacer nada contra el “fue” puesto que se encuentra atrapado en un tiempo que ya no existe.
Es aquí la raíz con la que el hombre enfrenta su “querer “contra la noción de un tiempo que se ha ido.
Heidegger nos dice “El rasgo fundamental del pensar es el representar. En el representar se despliega el percibir. El representar mismo es representación (poner – delante.). Pero ¿por qué el pensar descansa en le percibir? ¿Por qué el percibir se despliega en el representar? ¿Por qué el representar es representación?.
Según Heidegger la presentación ante la realidad, la consciencia del momento presente permite representarse ante las cosas de una manera autentica y completa, y es de estos encuentros que sé puede llegar a entender al pensamiento en sí, por medio de los sentidos los hombres podemos acceder a conocer nuevas cosas que de otra forma jamás formarían parte de nosotros.
Durante el desarrollo hemos aprendido a ver la esencia del pensamiento se determina desde lo que da que pensar, desde la presencia de lo que se hace presente, desde el ser del ente. El pensar está relacionado con la filosofía pero no con las ciencias, el ser humano siempre pensamos y desarrollamos ese ser pensante.
No pensamos porque pensamos que pensamos, ya que pensamos que pensar consiste en hacer representaciones de ideas en la mente; y eso es algo que todos sabemos hacer, y hacemos permanentemente. No estamos pensando porque el olvido nos hace pensar que si estamos pensando. No sólo hemos olvidado el ser originario que abrió nuestra historia sino que hemos olvidado que lo hemos olvidado: constituye un punto ciego.
Mantener el significo propiamente del pensar, es lo que mantiene en nuestra esencia lo hace solamente mientras nosotros mismos mantenemos ese pensar. Lo pensado es lo dotado de recuerdo por el hecho de que nosotros tenemos a ello. Solamente si tenemos a aquello que es en sí lo que ha de ser pensado, somos capaces de pensar. Para ser capaces de pensar se requiere que aprendamos a pensar.
Este recorrido por el pensar de Heidegger, nos guiamos por un camino lleno de aclaratorias y afirmaciones, que nos dieron pie a cual sería ese pensar y que nos quería decir Heidegger.
Ese pensar, que parte de ese hombre, ser humano, que puede pensar pero no lo hace; según diferentes causas que lo llevan a no pensar o no querer pensar. Esas causas son porque no sabemos pensar y no aprendemos hacerlo, no comprendemos. Ese pensar que debe ser un hecho no científico, que no sigue los postulado de la ciencia, la cual no tiene relación con el hecho de pensar. Nace del propio ser del hombre, un hecho que por su naturaleza es el pensar.
Este tiempo que vivimos, en esta sociedad que actuamos reclama de un pensar, este tiempo, la sociedad reclama ser pensador. Un modo mediante el cual nos enfrentamos a nuestro tiempo. La sociedad que estamos esta en un “tiempo que da qué pensar”, pero rápido, el que piensa pierde, la lentitud no es para estos tiempos.
Para concluir con las últimas líneas de Heidegger que nos dice:
El porvenir esencial del ser del ente no está pensando. Lo que propiamente está por pensar queda reservado. Todavía no se ha convertido en digno de ser pensado por nosotros. Por esto nuestro pensar aún no ha llegado propiamente a su elemento. Todavía no pensamos de un modo propio. Por esto nos preguntamos: ¿qué quiere decir pensar?.









Referencia bibliográfica
HEIDEGGER, M. (1951). “Qué quiere decir pensar”http://www.heideggeriana.com.ar/textos/decir_pensar.htm. Octubre de 2011.

No hay comentarios:

Publicar un comentario