viernes, 15 de julio de 2011
jueves, 14 de julio de 2011
EDUCACIÓN UNIVERSITARIA PARA UN DESARROLLO SOSTENIBLE
La educación como siempre lo ha sido representa un pilar fundamental para lograr grandes cambios en la sociedad. Necesitamos una educación forjada en valores, que involucre no solo el currículo formal sino el oculto, de un compromiso y de una formación permanente de los docentes. Hoy día, se han hecho una gran cantidad de propuestas para buscarle solución a este grave problema que enfrenta la sociedad moderna. Inicialmente el tema se abordó desde el ámbito netamente ambiental, pero hoy día y desde la Cumbre de Río se habla de Desarrollo Sostenible. Aún cuando otras organismos e instituciones han definido el Desarrollo Sostenible la que mejor se ha difundido en el mundo se estableció en la cumbre de Río por la Comisión Brundtland: (Gutiérrez 2006, p2) [...] el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
Como se evidenció en la misma cumbre de Río es fundamental el papel que debe jugar la educación para lograr un desarrollo sostenible. Según la UNESCO, (Educación para la Sostenibilidad-de Río a Johannesburgo) la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) representa un enfoque de enseñanza y aprendizaje que “busca potenciar las personas de todas las edades para asumir la responsabilidad de crear y disfrutar un futuro sostenible”. De igual forma, “prepara a las personas de todos los ámbitos sociales para planificar, enfrentar y encontrar soluciones a problemas que amenazan la sostenibilidad de nuestro planeta” y promueve “cambios de comportamiento que favorecerán la construcción de un futuro sostenible” (UNESCO, Decenio de las Naciones Unidas de la educación para el desarrollo sostenible (2005-2014).)
En general la EDS se basa en tres pilares fundamentales como son: lo social, lo económico y lo ambiental. El equilibrio entre todos es la clave, y más que el equilibrio, es buscar desarrollar las comunidades, regiones, países, etc., pero sin dañar el ambiente o haciéndolo de tal manera que permita una recuperación de los ecosistemas que sean afectados.